1 dic 2017

Sophia y Fabian abrazados

Hermanos: De las peleas al amor incondicional.

Sophia y Fabian abrazados en el Tobogan

Una de las cosas más hermosas de la vida es la familia, y es que la familia aparte de ser algo bello es lo más duradero en tu vida. Pero me refiero a tu familia de sangre, porque tu esposa puede algún día pasar a ser tu "Ex-esposa", mientras que tus hijos nunca serán tus ex-hijos, y mucho menos escucharas alguna vez alguien diciendo "Oye mira, allá va mi ex-hermano".
Y es sobre eso que les quiero contar hoy; Los hermanos.

Como sabrán mis hijos (Sophia y Fabián) tienen 6 y 4 años respectivamente y me he dado cuenta de que son eternos rivales, competidores por naturaleza, contendientes habituales, oponentes dedicados, enemigo... no mentira, no son enemigos jurados, es que no se me ocurrían más sinónimos. El hecho es que están en la etapa en que por todo pelean; ya sea porque quieren el mismo juguete, o mismo plato, o diferente parque, o el mismo asiento, o simplemente porque no están de acuerdo en algo.
Sophia y Fabian abrazados en la Graduación
La verdad es que así son todos los hermanos del mundo: pelean, se quieren, se extrañan, se cuidan. Y se aman, dan la vida por su hermano.

Pero estadísticamente, la primera persona que te pone un da un rasguño o te da un golpe en el estómago... es tu hermano. Y es que la pelea entre hermanos es como las peleas de Dragón Ball... duran años. Y lo hacen en todas partes; en la casa, luego en el automóvil, en el colegio, después los vas a buscar y vuelven a pelear en el auto, en el supermercado, en la panadería, en el parque, el ascensor, etc.

Creo que mis hijos siempre han peleado, pero quizás Fabián (que es el menor) le tenía miedo a Sophia y allí terminaba la discusión. Pero con el tiempo, Fabián empezó a defenderse y allí las cosas cambiaron. Ahora es un “mano a mano”.

Expectativa (Batman y Robin)
Realidad (Batman y Joker)

Batman dandole la mano a Robin
Batman agarrando a Jokerr

La evolución de las peleas entre hermanos:

Al principio, cuando mis hijos se peleaban lo hacían frente a nosotros y uno sabia quien había empezado y sabias a quien debías llamar la atención. Pero se dieron cuenta y ahora se molestan de manera silenciosa, no te enteras hasta que alguien grita o llora.
Luego se dieron cuenta que tiempo después, y sin importar quien comenzó, nosotros los regañábamos y castigábamos a ambos… así que empezaron a pelear de manera silenciosa en su cuarto, o en el cuarto de juguetes, o el baño o la cocina o algún otro sitio pero sin sonido.  Y es que cuando están peleando a escondidas es como ver una lucha de la WWE pero en mute.
Fabian agarrando la camisa a Sophia
Entre las cosas más extraña que he visto es cuando se le pasa la mano a uno de los hermanos y sabe que lo van a castigar pero antes de entregarse a la justicia, trata de llegar a un acuerdo por fuera: “Ya, ya, tranquilo, calma… si no lloras podremos ir todos al parque… y hasta te dejaré ir en el lugar favorito del carro de Papá”. Y cuando eso no funciona, los niños hacen lo que cualquier criminal hace… “esconde la evidencia”’. Y menos mal que esconde la evidencia y no ENTIERRA la evidencia, y menos mal que vivo en apartamento lejos de cualquier lugar donde enterrar al hermano.  

Pero lo más gracioso es que después de la pelea, los niños siguen con su vida como si nada:
  • Oye y tú hermano Fabián?
  • Vaya no sé.
  • No sé de él desde el almuerzo y son las 6pm.
  • Ni idea.
Los niños crean (y creen) que hay reglas para las peleas como esta:
  • Solo se debe regañar a quien llora. Por alguna razón mis hijos creen que debo regañar al que perdió la pelea, y es común escucharlos decir: “Oye Papá! Porque me regañas a mí? No ves que Sophia es quien está llorando por el golpe que le di?” o “Papá a mí no me regañes, Fabián es quien perdió”.
Las razones para pelear es lo menos importante. Entre las razones más absurdas está esta:
-         Fabián le pidió a Sophia que leyera un cuento. El cuento era de Disney y cuando estaba presentando a los personajes, Sophia leyó “Tribilin” y Fabián se molestó porque ese era “Goofy” y Sophia solo decía que eso no es lo que decía allí. Allí comenzó la pelea (estúpida traducciones).
Sophia durmiendo abrazando a Fabian
Pero como ya lo he dicho antes, los hermanos siempre serán hermanos y se cuidaran, y querrán a su manera. Y tendrán esa conexión tan fuerte y tan indescriptible que nadie entiende.

Los hermanos pueden tener MIL diferencias; Gustos diferentes, personalidades diferente, géneros diferentes, le gustan cosas diferente, películas distintas, etc… pero cuando empiezas a buscar cosas parecidas, conseguirás otras MIL. Y después de un tiempo ya no sabrás qué diferencia hay entre tus hijos. 

De repente veras que algo que diferenciaba a uno de tus hijos, fue adoptado por el hermanito y viceversa. O veras que ambos cambiaron simultáneamente de gustos. Un día un hermano solo amara el chocolate y la hermana el de mantecado pero un día, veras como ambos cambiaran de forma de pensar simultáneamente.
Sophia y Fabian con sombrero y lentes oscuros
Quizás esas diferencias son las que hacen a los hermanos tan unidos, quizás esos acuerdos locos para que no los regañen a ambos hacen una fuerte unión. Quizás quejarse del trato de Papá o Mamá cuando los regañan hace que se cuiden y amen de por vida.
Lo importante es que siempre serán… Hermanos.



 NOTA: Dedicado a mi hermana Dioselin González. La mejor hermana del mundo.

Sophia y Fabian agarrados de manos

7 nov 2017

Sophia y Fabian abrazados

La obras de artes que no puedo tirar a la basura

IDibujo de un Corazón por Sophia
Desde que Sophia pudo coger un creyón ha dibujado casi todos los días. La primera vez que me regaló un garabato, lo sostuve en alto y no vi una especie de círculo púrpura. Vi un certificado que decía: "Ahora eres un Padre".

Yo solía mirar los dibujos coloridos de los hijos de mis amigos y pensar "Bueno. Parece lindo, supongo". Pero cuando mi hija me regaló esa primera obra de arte, me di cuenta de que no importaba si era linda o no. Fue directamente a la nevera.
La Familia dibujda por Sophia de 5 años
Sucedió lo mismo con el 2do y el 3ero y el 4to. Eventualmente la puerta del refrigerador se llenó y los malos imanes, me obligaron a botar los más viejos. Luego me acerqué a la basura, los mires por un segundo y los saqué, decidiendo que podrían vivir en la parte superior de la nevera. Cuando la parte superior de la nevera se llenó, fui y los mudé a una caja... y otra caja.

Lo sé  era un problema. Pero estas imágenes eran huellas de que mi pequeña niña había crecido y había dejado una vida en la que apenas podía contar hasta diez. Todos los días mejoraba un poco. Un círculo se convirtió en una cara. Junto a la cara crecieron unas piernas, luego un cuerpo. Las líneas se convirtieron en casas. Un sol. Una luna. Planetas Ella estaba creando el mundo a su alrededor. Ella lo puso en creyón. Y yo... lo puse en la nevera.
Peppa Pig dibujada y coloreada
A medida que fue creciendo, su mundo necesitó más y más papel. Quería aferrarme a ese primer garabato morado, acercarlo a mi pecho y recordar cómo me hizo sentir ser papá. Pero cuando lo hice, sentí que extrañaba el hecho de que ella dibujara todos los días.

Sabía que eran solo papeles, y que la pequeña línea que había en la hoja se había transformado en algo aún más magnífico. Aun así, no sentí una sensación de pérdida de mi niña cuando miré sus viejos dibujos. Sentí una sensación de geografía emocional. Pude ver lo mucho que había crecido. Pude ver hasta dónde había llegado yo, como Padre.
Chicas Super Poderosas dibujada por Sophia
Hace unas semanas, estaba limpiando la parte superior de la nevera y encontré una pila de dibujos que no había visto en mucho tiempo. Los vi con calma y sonreí, pensando en la expresión de su rostro cuando se enterara de que había puesto sus dibujos allí, sobre la nevera. Entonces hice algo que incluso me sorprendió.

Arrugué rápidamente un puñado de dibujos e hice una bola y los empujé a lo profundo del bote de basura. Así no tendría la oportunidad de verlos en la parte superior y sentiría la necesidad de sacarlos. Luego me lavé las manos. Luego, me sentí culpable.

Pero no le hice caso a mis pensamientos.

En ese momento me di cuenta de que lo que había tirado era papel y cera. Esa sonrisa. Esa sonrisa en el rostro de Sophia cuando le di las gracias y elogié su arduo trabajo. Ese era el verdadero arte, y estaba escondido en un lugar mucho más seguro que la parte superior de mi refrigerador. No tengo que mirar círculos, árboles, soles y flores para conectarme con lo lejos que hemos llegado Sophia y yo. Solo tengo que mirarla a sus ojos.
Peppa Pig Dibujada por Sophia sin colores
Todavía tengo mis favoritos. Están en varios sitios, cerca de mi lado de la mesa, uno que otro en mi trabajo, y otro poco en el cuarto de juguetes de mi casa. Pero ahora no me siento tan mal arrojando la mayoría de ellos a la basura. No son todas unas obras de arte. Son el subproducto hermoso del arte. Son hojas de un árbol con una buena historia de una niña y su padre.

Anoche, en vez de dibujar, Sophia nos preguntó si podía mostrar sus nuevas y dulces habilidades numéricas contando de uno al cien. Lejos de negarle la oportunidad de contar, guardamos los lápices de colores y, Fabián y yo, nos sentamos a escuchar atentamente.

Lo hizo tan rápido que los números se mezclaron. Escuchamos asombrados cómo mezclaba los cincuenta, sesenta y setenta. Cuando llegó a los 100, gritó como si llegara a la cima de una montaña. ¡¡CIEN!! Aplaudimos fuertemente por ella y nos dio su pequeña risita orgullosa. Ella dejó atrás lo de  contar hasta 10 hace un año y ahora estamos en los cien. La risa que le damos a Sophia es una mezcla de orgullo con mucho cariño.

Y claro, no puedo colocar su conteo en el refrigerador o ponerlo en una caja, pero ella puede alegrarnos el corazón con su voz,


Y eso es mucho más difícil de tirar.

Sophia pintando y estampando las manos (3 años)

11 oct 2017

Sophia y Fabian abrazados

Reglas para la cena

Papá Mamá hijo hija cenando
Este es mi momento favorito del día porque, es el único que en teoría puedo comer en paz.

Desafortunadamente, la vida no es como la pintan las novelas, y los padres debemos hacer siempre una amenaza en cada comida. Ya sea una amenaza suave, o fuerte, o en el peor de los casos, un grito.

¿Alguna vez has tratado de comer en paz sin gritarles a tus hijos? Para cuando llegue la primavera, los pájaros estarán cantando, las flores floreciendo, y seré el orgulloso dueño de dos delincuentes juveniles.
El hecho es que vivimos en familia y todos dependemos de todos; es más, nos volvemos humanos gracias al contacto entre nosotros. Para convivir, necesitamos normas que indiquen lo que está permitido e impidan que nos perjudiquemos unos a otros. Yo tengo mis propias reglas para cenar. No golpearse. No morder (excepto la comida). Si la cena está muy buena es aceptable que se la den a su Papá y mejor si es pizza. Mamá tiene sus propias reglas. Está bien derramar un poco de la bebida, pero no hacerlo a propósito. No hay equipos electrónicos en la mesa. Nuestros hijos también tienen reglas. No están escritos en ninguna parte. Se comunican a través de lágrimas, gritos, risas o lo peor de todo, pidiéndome cortésmente que arreglara cualquier regla que rompieron... una y otra y otra vez hasta que se las perdono o me volviera loco y muriera.

El agua debe estar temperatura ambiente
Hemos sido bendecidos para no tener que traer jugo y soda en nuestra mesa. Simplemente no la compramos. Nuestra bebida siempre es agua. Desde que nuestra hija empezó a creer que el agua fría le iba a dar gripe no exige que se sirva así, lo ordena como en un restaurant.

Yo: ¿Qué quieren beber?
Sophia: Me gustaría mi pote rosado de Minnie Mouse de agua tibia... por favor.
Fabián: Sí. SIN HIELO, No agua congelada.

Lo que ella quiera, su hermanito también quiere.

Fabián: Y QUIERO POTE DE MINNIE MOUSE, creo
Sophia Hija tomando agua


Lo que un hijo recibe, el otro niño también lo debe obtener.
Aprendí hace un tiempo que debo comprar dos de todo. Tenemos 2 platos azules, dos rosados. Tenemos tazas de princesa y de monstruo. Potes de Minnie y Potes de Spiderman. 2 de ambos. No hay asignación de género a nuestros platos, independientemente de lo que dicte la cultura. Fabián no quiere platos de varón y Sophia no quiere platos de chica. Sophia quiere lo que tiene Fabián y viceversa. Y Dios quiera que uno de los platos no esté sucio ya que entonces Sophia exige limpieza.

Fabián: QUIERO POTE DE MINNIEEEEEEEEEEEEEE
Yo: Calma, el pote está sucio.
Sophia: Papá, ¿te importaría ir a lavar el pote y usar ese cepillo que usas en el fregadero para lavarlo para Fabián? Creo que eso lo haría feliz.
Yo: No. Puede beber del pote de Spiderman.
Fabián: QUIERO POTE DE MINNIEEEEEEEEEEEEEEEEEEE
Sophia: Papá, recuerda cuando lavaste el pote para mí una vez. Fue muy rápido. ¿Vas a lavar el pote para Fabián?

Y así sucesivamente me tratan: Gritando, cortes. Gritando, cortesía. Y luego lavo la taza a regañadientes.
Sophia Hija tomando sopa


El orden es esencial
Mi esposa y yo hemos luchado con esto por mucho tiempo, pero no podemos. Los adultos se llevan a la boca una mezcla de carne, arroz y plátano o papa, cosa que para los niños es un pecado capital. Primero debes comerte el plátano o papa (o cualquier acompañante que tengas) cuando termines, puedes comerte la carne, pollo, pescado o cualquier cosa que te sirvieron y por último, te podrás comer el arroz.

Y lo que pudo haber sido un almuerzo de 25 o 35 minutos, se convierte en una jornada de 4 horas.

Por qué? porque sí.
Comida para Hijos


Debe haber pan
Es casi indescriptible cuánto aman mis hijos, el pan. Sabes esas historias de familias realmente desafortunadas que tienen que sobrevivir comiendo solo pan y agua. Mis hijos serían felices si cada día pudiera comer pan y agua. Esa es la comida de sus sueños. El otro día, la maestra le preguntó a mi hijo cuál era su comida favorita y respondió, pan. No pan con mantequilla, o jamón, o queso. No. Pan solo.

De hecho, creo que la única razón por la que comen toda su comida es para poder comer pan al final de su cena. Y es típico escuchar en mi casa una amenaza del tipo: "Quién no se coma toda su comida, no va a comer pan".

Y esa mis amigos, es alguna de las reglas en la casa de los González.

Bueno, los más pequeños de la familia deberían estar sentado cenando en paz, pero creo que primero se derretirán los polos. Y si he aprendido algo durante estos años, es que los hijos crecen rápido y, sólo pasarán unos meses antes de que yo los llame a cenar y ellos se queden en sus cuartos haciendo cosas que no se supone que hagan.

Oh la cena esta lista, la mesa se ha servido.
Repito, la cena se ha servido y estamos atrapados.
Envíe refuerzos.
Envíen cacao.
Envíen licor de cacao.
  


3 oct 2017

Sophia y Fabian abrazados

Como sobrevivir cuando dejas o recoges a tus hijos en el colegio

Fabian saliendo del Colegio
¿Saben qué le da sabor a la vida cuando eres Padre? El Suspenso.

Con este nuevo inicio de clases, tengo mil asuntos que atender y no tengo ni más las remota idea de cómo haré para atenderlas todas sin afectar a mis hijos. Los problemas y preocupaciones son normales para todos los padres: Pagar el colegio, comprar los libros, escoger en que actividad los vas a inscribir pero que te alcance el presupuesto y el tiempo.

25 sept 2017

Sophia y Fabian abrazados

Feliz y estresante día de playa!

Sophia tomando el sol en una silla de playa
El calor y el deseo de mis hijos de ir a la playa ha aumentado con los años, y no hay manera de evitarlo. Los niños tienen mas energía, mientras que tu cada vez tienes menos. La buena noticia es que esta actividad en particular es un poco menos horrible que estar todos en casa en ropa interior.

Sophia tiene ahora 6 años y Fabián 4. Y, llevar a dos niños a la playa siempre es una Aventura diferente.

Para una referencia rápida, aquí están todos los pasos que suelo hacer: